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octubre 12, 2025

Del futbol al país: por qué seguimos celebrando la mediocridad.

 

El futbol nos dio un golpe de realidad.
La selección Sub-20 cayó frente a Argentina, la mayor frente a Colombia. Pero más allá del marcador, lo que duele no es perder: es reconocer que seguimos repitiendo el mismo patrón como sociedad. En la cancha, en la política y en nuestras ciudades, seguimos aplaudiendo el “casi”. Nos conformamos con el esfuerzo, aunque no haya resultado.

Zacatecas, México entero, está lleno de talento. Pero talento sin disciplina, sin visión, sin hambre real, no alcanza.
Queremos que nuestros jóvenes triunfen, que los políticos transformen, que los equipos ganen… pero no estamos dispuestos a exigirles ni a exigirnos más. Nos hemos acostumbrado a vivir con estándares bajos, a justificar el fracaso con frases como “al menos lo intentaron”, “no estuvo tan mal” o “es lo que hay”.

Y no, no basta con intentarlo.
No basta con aplaudir la mediocridad porque es cómoda, porque no incomoda, porque no exige cambios.

La diferencia entre Argentina y México no está en el talento. Está en la mentalidad. Ellos creen que pueden ser campeones. Nosotros seguimos dudando si merecemos competir.

En Zacatecas, vemos reflejos de eso todos los días. Nos resignamos ante gobiernos que no dan resultados, líderes que no inspiran, instituciones que repiten fórmulas viejas. Aceptamos poco porque hemos normalizado el poco.

Es hora de vivir con propósito, con estrategia, con visión. De formar equipos sólidos, no improvisados. De buscar resultados que se sostengan con trabajo, no con discursos.

A los jóvenes les toca romper con esa narrativa:
dejar de admirar al que sobrevive, y empezar a seguir al que transforma;
dejar de esperar que “alguien más lo arregle”, y ser ese alguien.

Porque el futbol, como la vida y la política, no se gana con excusas.
Se gana con ambición, con entrenamiento, con carácter.

Y si queremos ver a México levantar una copa —en la cancha o en su propio destino—, tenemos que empezar a dejar de celebrar el esfuerzo y comenzar a celebrar los resultados.

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