Decenas de menores migrantes en Illinois han recibido cartas del gobierno federal que les exigen abandonar de inmediato Estados Unidos, pese a haber ingresado legalmente bajo programas humanitarios. Las misivas, enviadas por la administración Trump, amenazan con deportación, multas y procesos penales, generando alarma entre familias, defensores de derechos humanos y líderes religiosos.

“Es una barbaridad y un acto aterrador para niños que confiaron en este país”, denunció la pastora Julie Contreras, del santuario United Giving Hope en Waukegan, donde varios menores han buscado refugio. Los destinatarios de las cartas son niños que cruzaron solos la frontera en 2014 y luego fueron reunidos con sus familias, pero que ahora enfrentan la revocación de sus permisos humanitarios.

Activistas advierten que este podría ser un intento de desmantelar silenciosamente las protecciones legales para menores no acompañados, al negarles el debido proceso y dejarlos sin representación legal tras recortes a los fondos para abogados. Según cifras oficiales, desde enero más de 53 mil menores han recibido órdenes de deportación.

Organizaciones civiles temen que esta estrategia busque acelerar las expulsiones sin respetar los derechos de los niños migrantes. “No son criminales, son víctimas de una política inhumana”, afirmó Contreras, quien advirtió que las amenazas ya causan un severo trauma psicológico en los menores afectados.